Mantis Religiosa y política

Leyendo Mantis Religiosa, a uno le dan ganas de irse de España o de iniciar una revolución, ¿no estás de acuerdo? La culpa no es del autor ni del resto de ciudadanos que se sienten estafados al comprobar que les han mentido y que les mienten y han robado durante más de cuarenta años quienes en teoría deberían haber velado por el bienestar de todos los ciudadanos, ya que son ellos quienes, con sus impuestos, sustentan el Estado y a los partidos políticos y sindicatos.

¿De verdad crees que hay gente que no se siente estafada por los políticos y sindicatos? No solo no se sienten estafados, sino que justifican toda la corrupción en sus distintos niveles y escenarios. Y esa reacción es más lamentable y patética que el latrocinio de todos esos ladrones y ladronas.

Te llamarán “fascista”, e incluso lo contrario, ¿no te preocupa? No, porque también dirán que escribir Mantis Religiosa es monetizador del odio, y que desprecio a las mujeres y al colectivo LGTBI, cuando Sara Meyer habla de ampliar los conceptos clásicos de familia e Irene Montero ha escrito un ensayo sobre la manipulación de masas. Las dos protagonistas son dos mujeres bisexuales que están fuera de escala por su belleza e inteligencia. Son luchadoras que han llegado a lo más alto de la pirámide social.

¿Y tú crees que habrá tertulianos que te critiquen y hablen mal de Mantis Religiosa sin leerse el libro? Lo certifico. Ya le ocurrió a Axel Kaiser en un programa de televisión en Chile. Y, en vez de ir a una entrevista a debatir ideas, va a un absurdo interrogatorio donde un impresentable socialista va y asegura que el libro es confuso y muy malo. El ofendido, que es el autor de El engaño populista, va y le pregunta a ese tal Alfredo Joingnant si se había leído el libro, y el muy cretino responde que no.

¡Pero qué me dices! Hay que tener la cara de titanio para ir a debatir con el autor de un libro y tener la desfachatez y la arrogancia de decir que no, y excusarse diciendo que lo ha leído en diagonal. Vamos, que había ojeado el índice y las primeras páginas, y su fanatismo y miopía le impidieron, no leer el libro de Axel Kaiser, sino estudiarlo y tomar anotaciones para debatir con argumentos. Hay que ser miserable y presuntuoso. Y, desde aquí, le digo a ese patético hombrecito que espero que sea mejor profesor de Ciencias Políticas que crítico literario/analista.

Desconocía lo ocurrido. Volviendo a Mantis Religiosa, ¿es cierto que el socialismo es lo opuesto a la libertad? Sí.

¿Por qué? Porque va contra la identidad humana (que no es colectiva, sino individual). Nosotros no somos hormigas, ni la civilización humana es un hormiguero global. Y porque el socialismo es lo contrario a la dinámica natural de los mercados, que al final del día o de la noche encuentran el equilibrio perfecto. De ahí que surja la idea de que es una expresión de la realidad y defienda que el socialismo es lo opuesto a las libertades de cada uno de nosotros. Si miramos hacia atrás, observamos que, en todos los países donde se ha establecido una estructura política y económica de corte marxista, han fracasado. Ocurrió con la Unión Soviética cuando invadieron todos los países del este de Europa. En ninguno de esos territorios sus habitantes podían salir y entrar cuando quisieran, un indicativo de que la máxima expresión del pensamiento marxista, que es el comunismo, no es muy democrática. Un ejemplo muy ilustrativo y que se estudia en los institutos germánicos es el caso de la Alemania del Este y el muro de Berlín, una construcción que dividiría a un país en dos fragmentos irreconocibles. Y ahora tenemos de ejemplo a Venezuela, Cuba o Corea del Norte.

¿Qué otros puntos negativos tiene el socialismo en las sociedades que implementan ese sistema político? No hay libertad individual, ni siquiera colectiva. Psicosis y odio a Occidente. Y lo peor, pobreza extrema. Tenemos muchos ejemplos de países: desde Cuba y Venezuela hasta China y Corea del Norte, Rumanía, Polonia, Ucrania, Georgia, Eslovaquia, Bulgaria, Hungría e, irónicamente, Rusia. Han pasado más de treinta años desde la caída del telón de acero, y todos esos países aún tienen los índices de calidad de vida más bajos de Europa. Es una prueba innegable de que el socialismo, y por extensión el comunismo, son sistemas obsoletos que se ha comprobado que no funcionan, y cuya ideología debería estar prohibida en Occidente. Las únicas excepciones que se conocen son las de los países bálticos, que sí han sabido recuperarse, porque tienen sistemas liberales y sus índices de prosperidad y calidad de vida son casi idénticos a los de Portugal o España; incluso en algunos aspectos nos han superado.

¿Prohibirías los partidos socialistas y comunistas? Sí.

Desarrolla esa respuesta… Igual que está prohibido el nazismo, esas dos ideologías que he nombrado y entre las que apenas hay diferencias han causado cerca de doscientos millones de muertes en la Tierra, motivos suficientes para que en Occidente toda ideología marxista estuviera prohibida. Hay cálculos que aseguran que Stalin es el responsable de la muerte de más de setenta millones de rusos. Sin sumar los diez millones de niños, hombres y mujeres que murieron de hambre y frío en Ucrania entre 1932 y 1934.

¿Y crees que algún día Occidente prohibirá toda ideología marxista? Sí, y haré que sea posible a través de mi literatura y de las entrevistas.

No me esperaba un titular así. Si el nazismo está prohibido en Occidente, todo pensamiento marxista también debería estarlo.

Vale, ahora tengo una pregunta de examen: si prohibieran el próximo lunes los partidos socialistas y comunistas en Occidente, ¿quién estará en el otro extremo ideológico de los conservadores para que las balanzas ideológicas estén equilibradas? La respuesta es sencilla: borramos de la ecuación a los partidos conservadores y ultraconservadores, y se acabaron los temores y las quejas.

¡Guau! ¿Propones que en Occidente únicamente queden los liberales? Dentro de lo “malo”, sería la opción más natural y ética que nos queda, ¿no?

Supongo que sí, al menos en España. Ya iremos a Sevilla a ponerle velas a la Virgen de los Milagros.

¿Crees que dentro de doscientos años ya no habrá políticos en Occidente? No es que lo crea, estoy convencido.

¿En qué te basas? Si observamos la evolución de las sociedades en los últimos cinco mil años, todo indica que, en el futuro, serán administradas por técnicos, académicos, artistas y científicos.

Tienes el mismo pensamiento que Sara Meyer, ¿no? Después de leer algún que otro artículo de economía y de política y observar la realidad, la respuesta es sí, tengo el mismo pensamiento que Sara Meyer: sobran todos los políticos.

Es un pensamiento tan revolucionario como peligroso. Supongo que sí.

¿Has estudiado en la universidad Ciencias Políticas, Sociología o Derecho? No.

¿Eres historiador? No, ya tengo suficiente con mi oficio.

¿Y cómo te has documentado para escribir Mantis Religiosa? Ha sido un proceso de varios años de ver documentales, conversaciones, leer libros, artículos de prensa y entrevistas, etc.

¿Y antes de escribir Mantis Religiosa? Ya comenzaba a tener ciertos conocimientos de Ciencias Políticas, Economía e Historia.

¿Cuándo empezaste a interesarte por la política? La política en sí misma nunca me ha interesado. Pero, en un contexto literario, empecé a interesarme en septiembre de 2017, cuando la que liaron Carles Puigdemont y Asociados en Cataluña.

Y ese interés te ha llevado hasta la pentalogía de Mantis Religiosa. Si España hubiera sido un país aburrido y no tuviéramos la clase política que tenemos, ahora no estaríamos hablando de Sara Meyer, y Rowland sería alguien despreocupado y feliz. Eso no significa que esté preocupado e infeliz las 24 horas del día los siete días de la semana.

Antonio Fernández, editor

Granada, 29 de enero de 2022