La evolución de Mantis Religiosa

Es un trabajo invisible y supercomplejo, con muchas aristas técnicas y percepciones personales que los lectores no aprecian cuando una novela, relato o cuento infantil con una estructura narrativa y poética ha tenido que sufrirlas para mejorar esos textos en su forma y contenido. Aunque lo que nunca hay que alterar de la obra original es el estilo que ha impreso el autor (a no ser que la historia, su enfoque y la calidad del texto sean tan escasos que directamente se rechace toda corrección). Antes de incidir en alguna anécdota o aspecto de las correcciones de Mantis Religiosa, dejaré una lista de los tipos de filtros que debe pasar una novela:

  • FILTRO DE LECTURA (es un análisis emocional, el lector tiene que carecer de formación académica).
  • FILTRO DE LECTURA TÉCNICA (examinar el inicio y el final de la novela para saber las sensaciones que transmite al lector, estudiar la construcción de los personajes, la estructura de los capítulos o la historia que se narra y su desarrollo a grandes rasgos).
  • FILTRO DE ERRORES EXTRALITERARIOS (referencias culturales, nombre de personajes reales y lugares).
  • FILTRO DE ERRATAS NARRATIVAS (incoherencias entre la secuencia de datos o entre las tramas secundarias y la principal).
  • FILTRO ORTOTIPOGRÁFICO (una doble vocal o consonante en una palabra; doble punto final o falta de punto final; elección y tamaño de la tipografía, el interlineado o la raya de los diálogos, unificar criterios sobre la utilización de cursivas, comillas o símbolos de porcentajes, y un largo etcétera).
  • FILTRO ORTOGRÁFICO (faltas de ortografía).
  • FILTRO LÉXICO-SEMÁNTICO (vocabulario variado y que su significado sea el correcto con respecto a la frase o el contexto del párrafo o la acción).

Ahora os preguntaréis por la jerarquía de esa lista. Antes de responder, hay que puntualizar que el escritor, inconsciente o no, es el primero que tiene que realizar todos esos filtros (algunos con más rigor que otros, ya que no es filólogo, pero tampoco será un lector sin ninguna formación de letras). Después, llegarán los técnicos con sus análisis y correcciones; y elaborarán, en algunos casos, breves informes de lectura o de corte más lingüístico, para ayudar al autor a pulir aún más la novela.

Por cierto, en la anterior lista, el FILTRO DE ESTILO lo he borrado/omitido, porque Relieve no lleva a cabo ese tipo de análisis en los textos de Rowland (ni de ningún otro autor o autora que en el futuro publique con nuestro sello editorial). No obstante, es cierto que en ocasiones los analistas y correctores de RELIEVE sí hacen anotaciones en los márgenes para sugerir pequeñas podas o cambios sutiles, mejorar la coherencia o expresiones, con el objetivo de conseguir así una mayor calidad de los textos, que se traduciría en una lectura entendible y amena. Por lo tanto, las esferas amuralladas de los filtros LÉXICO-SEMÁNTICO, ORTOTIPOGRÁFICO y de ESTILO suelen ocupar los mismos espacios de influencia y, en ocasiones, actúan con un resultado inesperado; pues se han limado impurezas y hay nuevos píxeles en un párrafo o línea de diálogo, que, siendo muy estrictos, podemos asegurar que sí han causado una sutil variación en la apariencia interna y externa, sin alterar el texto original en términos absolutos ni su esencia literaria.

Llegados a esta parte del artículo, nadie discutirá que es necesario que todo texto que vaya a ser publicado (en papel, formato e-book o en otros soportes digitales, como blog o prensa) debe tener un mínimo de filtros para garantizar que el libro (en el caso de una editorial) esté libre de pecados. Ahora hay que plantearse la siguiente pregunta: ¿cómo se corrige un texto? Pues dependerá del filtro que aplique el analista. De ahí que las capas de lectura más básicas se hagan al principio (será suficiente con los primeros capítulos y páginas de presentación de la novela); y al final de todo el proceso de análisis y corrección del texto, cuando ya no hay erratas, ni faltas de ortografía ni sintácticas ni gramaticales, el lector puede leer el texto tal y como está en las librerías.

En Relieve, tenemos nuestro propio Departamento de Calidad, con un reducido equipo de diez analistas y lectores que han leído, analizado y corregido Mantis Religiosa, y que, en un futuro, volverán a analizar y corregir el resto de libros de Rowland. Antes de seguir, haré un copia y pega de un párrafo de María Fuentes en el que explica que nuestro departamento es un “TALLER DE REPARACIONES LITERARIAS, zona de guerra y de conflictos diplomáticos o de disputas académicas, donde se debate si es posible y admisible transgredir las normas lingüísticas en ciertos géneros literarios (poesía, prosa poética, teatro o cuento infantil) y los distintos enfoques de los filtros de calidad que vamos a aplicar. El resto de las discusiones son más prosaicas, aunque, en ocasiones, la sangre, los gritos, el dolor y el sufrimiento surgen cuando hay problemas, dudas y tenemos que tomar decisiones radicales; ya que analizar, leer y corregir textos literarios es una de las tareas más complejas de la Tierra, aunque sus resultados sean invisibles y necesarios para las editoriales y los lectores”.

Para finalizar este artículo, estoy obligada a poner de ejemplo el primer libro expuesto en el escaparate de Relieve. ¿Y qué decir de Mantis Religiosa? Que ha sido todo un desafío técnico, narrativo y extraliterario. Un libro con tantas piezas móviles y con un trasfondo político y personajes reales que es muy difícil de encajar, y en el que Rowland fusiona el género de ficción y el de no ficción, ha sido una putada placentera y a la vez dolorosa, para quienes hemos tenido que leernos partes de la novela hasta en diez ocasiones o más. Un trabajo del que hemos aprendido mucho. Y estoy segura de que ha sido uno de los libros que más correcciones y modificaciones ha sufrido en la Historia de la Literatura. En Mantis Religiosa se ha cambiado el final cinco veces (cuando digo el final, no me refiero a cinco o diez páginas, sino a las últimas cincuenta). Y al contrario también ha ocurrido, porque los cortes más brutales y radicales que ha soportado Mantis Religiosa han sido con las primeras cien páginas. Con ello, hemos alterado para bien el enfoque, el tono y la estructura narrativa de la novela. Y el primer capítulo dentro de esas cien páginas también ha sufrido muchísimos pequeños cortes y correcciones por parte de los analistas y de Rowland, que ha cuidado tanto el léxico que ahora es una obra de orfebrería. Diez bases de datos/diccionarios elaboramos para comprobar que no se repetían las palabras del primer capítulo; de lo contrario, el texto hubiera presentado errores imperdonables para los lectores y para Relieve, ya que carecía de esa perfección léxica y narrativa que lo caracteriza ahora.

Al terminar de leer el anterior párrafo, os preguntaréis si Mantis Religiosa sigue siendo propiedad de Rowland o si es ética una “intromisión” tan invasiva en la naturaleza del libro, ya que, al final, con tantos cambios, muchos dirán que ya no es la obra original. Será cierto, no lo niego, ¿y qué prefieren: una novela mal estructurada porque Rowland no ha parado de escribir durante quince meses? En defensa de todo el equipo, hay que decir que, de no aplicar esos múltiples filtros, el libro no se hubiera publicado, y de publicarse no tendría tanta relevancia literaria ni mediática como la que tendrá. Por lo tanto, desde aquí, le doy las gracias a todo el equipo de analistas, y en especial a Luis Trébol y Mariángeles Navarro por sus aportaciones (aunque fueran ariscas e irracionales, el trasfondo de sus análisis tenía un rigor tan académico y literario que Rowland no puso ninguna objeción; y la misma tarde/noche que las editoras le transmitimos las quejas, se ocultó durante una semana para entregarnos, desde el segundo capítulo hasta el capítulo diez, el inicio de una novela urbana con elementos románticos y de salseo con trazas referenciales de temas actuales de política que nos encantó). El muy impresentable de Rowland (cariñosamente hablando), más allá de no poner malas caras ni protestar, va y nos da lo que nos habían “exigido” Luis Trébol y Mariángeles Navarro. Y no puedo llegar a otra conclusión más acertada que afirmar que Rowland es una persona humilde que ha demostrado templanza, ironía, abnegación y lealtad, transmitiendo una confianza y fe que a todo el equipo nos hacía falta. Por esas cualidades, le doy las gracias a quien ha escrito Mantis Religiosa.                                                                              

Noly Salgado, editora

Denia, Alicante, 22 de abril de 2022

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