I
Sigamos hablando de Izan e Inma. ¿De verdad que se pueden hacer locuras por amor? Izan es la prueba, un adolescente que se desplaza a todas partes con su Trek, y que en la lista de preocupaciones tiene cuatro anotaciones apuntadas: jugar al ajedrez, su cubo Rubik, releer novelas clásicas de ciencia ficción y resolver complejos problemas matemáticos; descubre el amor, el sexo y la violencia extrema.
Es un contraste que me ha llamado la atención… La historia, para que fuera coherente debía de tener esas divergencias contrastes y magnetismo. De repente, Inma jaquea su sistema operativo y todas las aplicaciones que tenía instaladas en su CPU; a partir de ese extraordinario acontecimiento, Izan sufre una transformación radical. Por primera vez ese chaval es amado por una mujer inalcanzable para la mayoría de los hombres de la Tierra, y asciende a un nivel superior de la existencia.
La verdad que las interpretaciones que se pueden hacer de la segunda parte de Culpable, cuando aparece Izan, son múltiples. Y lo más importante es la riqueza poética y filosófica e hiperrealismo con la que narra su vida… Era un tema que me preocupaba, que la vida de ese joven estudiante que estaba en su último curso fuera creíble. De ahí, que hiciera escalada desde los once años con su padre y su tío, para justificar su enfrentamiento con un skin en el Buda.
Si hasta es irónico con el nombre del local de los skins… No lo puedo evitar, porque esos detalles que le dan una gama de colores únicos a las páginas de Culpable para enriquecer la historia.
¿Y no te dio miedo que Inma fuera una neonazi? No, porque así explicaba los mecanismos de radicalización de un chico que apenas salía los fines de semana, y que era un apasionado de las matemáticas, el ajedrez y las novelas clásicas de ciencia ficción.
¿Hay algo de ti en Izan? He pillado de referencia mis años de adolescencia y del instituto. Mi pasión por el ajedrez y las novelas de ciencia ficción o mi inocencia y visión trágica de la vida.
¿Y de verdad alguien se puede radicalizar así? Bueno, sabiendo que es una novela, tiene coherencia la historia de Izan e Inma, por las siguientes características similares: belleza, altura, edad y se enamoran hasta que traspasan los límites de la razón. Hay violencia y reflexiones filosóficas, que impregnan de mitología la narración.
¿Y sus diferencias? Entre Izan e Inma, esas diferencias hacen que sean compatibles.
Es una historia de amor auténtica… Yo creo es que más auténtica que las relaciones de la mayoría de parejas reales.
Esa conexión y confidencia, ¿de dónde salen todos esos matices? De mis lecturas, películas románticas que he visto y percepción del arte y de las mujeres.
Ya, pero habrá más fuentes de inspiración, ¿no? Visualización. Así imagino la intimidad de un chico y una chica que se enamoran hasta extremos impensables para la mayoría de los hombres y mujeres de este planeta.
Pero es tan real la belleza y pasión que transmite en tus descripciones… Es una suma de factores que va más allá del oficio y del manejo de vocabulario, y que he recuperado de biografía. Aunque lo importante es el resultado final, para que quien lea esas páginas que impacto.
¿Es verdad que después de unos días, cuando has vuelto a leer algunos de esos capítulos de la segunda parte de Culpable, te han sorprendido? Sí, porque más allá del olvido inevitable, ya que no tengo memoria fotográfica, a la vez, intento resetear para tener una nueva lectura más fresca y objetiva. Y es en ese momento, cuando me sorprende lo que ha escrito Rowland.
Muchas chicas y adolescentes leerán la novela por los personajes de Inma e Izan… Estoy convencido de que sí, porque Culpable es una trágica historia de amor entre dos adolescentes.
Para mí es una versión moderna y urbana de Romeo y Julieta… Pero con otras variables negativas y un contexto muy diferente.
A mí me ha flipado la historia que tienen Inma e Izan… Desde la puesta en escena de esa diosa urbana y maldecida, todas las piezas encajan. He tenido suerte, la verdad.
¿Y el lenguaje que utilizas para las descripciones? Es culpa de los libros de poesía que leía hace muchos años y de algunas novelas.
No sé cuántas veces he leído esas páginas de Culpable… Serán por las correcciones.
Rowland y su exceso de ironía… Pretendían tu provocación.
II
Sigamos. La escena que más me ha impacto de las primeras cien páginas de Culpable ha sido las peleas clandestinas y ese contraste entre violencia y filosofía, romanticismo y sufrimiento… Son escenas violentas y con explicaciones filosóficas, que hace unos meses no estaban en el guion y que han surgido en las últimas semanas. Páginas que han dado una mayor profundidad a la novela, y que a quien lea esos párrafos, no les dejará indiferente.
La verdad es que a partir del capítulo cuatro, Culpable adquiere una dimensión exponencial… Con Izan e Inma en el escenario hay luces y sombras, hay pasión y sufrimiento, y esos contrastes y la descripción de la belleza de sus cuerpos, les hace adquirir un mayor protagonismo que al presidente de España.
Y está muy justificado… Así es.
¿Puedes profundizar? La respuesta es sencilla, no iba a escribir una novela en la que el presidente de España fuera el único protagonista, ni siquiera, que fuera el protagonista principal; porque significaría que Izan hubiera tenido un papel secundario, sin apenas presencia; que, a su vez, hubiera supuesto que Inma no hubiera aparecido en la novela.
No te lo hubiera personado… Nunca lo hubieras sabido.
¿Qué significa esa frase? Que nunca hubieras conocido a Inma.
Menos mal, ¿no? Para mí, también hubiera sido insoportable no conocer a Inma.
Vaya… Hemos tenido suerte, ¿no?
Pues sí, porque Culpable no sería la misma novela sin Inma ni Izan… No me imagino escribiendo una novela en el que el protagonista saliera en todas las páginas, y fuera una copia exacta a la imagen que proyecta el presidente de España a sus lacayos y mujeres fanatizadas.
Tampoco hubiéramos publicado esas páginas en el que se hubiera venerado a Pedro Castejón S.L. y a su queridísima esposa Begoña… Ni yo hubiera escrito ese libro.
A no ser que Rowland fuera socialista… Va a ser que no.
¿Y conservador? Soy apolítico.
Nadie lo diría… Bueno, si el actual presidente de España hubiera tenido un perfil discreto y hubiera cumplido todas sus promesas de lucha contra la corrupción política y trabajar por un sistema democrático más libre y trasparente, no hubiera tenido motivos para escribir Culpable.
Noly Salgado, editora.
Denia, 12 de marzo de 2024