I
En el anterior encuentro que tuvimos, especulaste que el oficio de escritor está en peligro… Y el de los fotógrafos, programadores, diseñadores gráficos, asesores financieros, arquitectos o ingenieros. Y lo que sobrevivan, el concepto tradicional de trabajo especializado, es porque se habrán adaptado o serán los mejores en sus áreas de conocimiento.
Un futuro muy negativo, ¿no? Dentro de unos años, ya nada será igual en los trabajos cualificados. Ni las funciones que tendrán los humanos.
Me cuesta creer lo que estás afirmando… Si quieres continuo con la lista de los oficios que desaparecerán en una década.
¿Quieres decir que nada volverá a ser igual en las sociedades más avanzadas? Ni en las sociedades más pobres de África y Asia. Aunque en esas zonas de la Tierra, el impacto de múltiples aplicaciones de inteligencia artificial que se están desarrollando y las que aparecerán, apenas les afectarán porque sus economías son de subsistencia, con una escasa administración e industria digital.
¿Y puedes ampliar esa lista de los oficios que están en peligro? Traductores, actores de doblaje, investigadores, filósofos, profesores, abogados, jueces y fiscales, legisladores…
Al menos la burocracia ya no existiría… Ni muchos de los puestos de trabajo que en la actualidad nos creemos que son irremplazable por algoritmos digitales.
¿Y los humanos? Seremos superados por máquinas más rápidas, más eficientes y productivas. Máquinas que no envejecen, no duermen ni se alimentan, no descansan ni protestan. Máquinas que aprenden de sus errores. No tienen límites de almacenamiento ni de aprendizaje y cuya velocidad de computación ya es sobrenatural. Y no me refiero a una IA con conciencia propia, sino a un software capaz de hacer múltiples tareas intelectuales, artísticas y científicas, fuera de toda escala conocida.
¿De verdad que seremos sustituidos por un software muy sofisticado? No lo dudes.
¿Y qué futuro nos espera? Ninguno, porque al final el 100 % de los humanos que realizan en la actualidad tareas técnico-científicas, intelectuales o artísticas, serán sustituidos por máquinas. Igual que a finales del siglo XX, las fábricas se automatizaron, y apenas hay operarios, cuando en 1950 había cientos de trabajadores en cada fábrica de Europa y de los Estados Unidos.
¿Y cuándo ocurrirá? Ya está ocurriendo, pero a una escala muy pequeña y con efectos imperceptibles.
¿Y cuándo notaremos esos efectos? Si nadie lo evita, y no creo que ningún gobierno ni empresa tecnológica pueda evitarlo, en unos cinco años las consecuencias ya serán visibles.
¿Y en un futuro cercano? Para el 2050, y estoy siendo muy optimista, el paro en todas esas profesiones cualificadas llegará al 90 %.
¿Optimista? Que podría ser para el 2040.
Es un consuelo… Al ritmo que desarrollan y evolucionan las aplicaciones que generan imágenes, audio y vídeo, para el 2030 ya sabremos si Rowland era un pesimista.
II
Me parece una tragedia… Y lo será.
¿Y ya nadie estudiará matemáticas o bilogía? Sí, pero el rol que tengan esos estudiantes y futuros trabajadores será muy diferente.
Explícate, porfa… Es muy largo y complejo de explicar, y aún tengo que documentarme para la anterior pregunta para uno de los capítulos de Fragmentos del futuro.
Vale, pasemos a la siguiente duda, ¿qué oficios no se verán “afectados”? Médicos y técnicos de laboratorios. Barrenderos, costureras, jardineros, agricultores y ganaderos…
Y supongo que si se cumplen tus predicciones, esa onda negativa, también afectará a los oficios tradicionales… Así es.
¿Y qué ocurrirá? Que las tasas de paro de las poblaciones de todos los países de Occidente llegarán al 50 %.
¿Y la economía? Habrá un nuevo modelo económico a escala global.
No sé qué decir… Para tener perspectiva, contexto y vislumbrar el apocalipsis económico y social que nos espera, la tasa de paro en Estados Unidos en 1933 era del 25 % y en Alemania llegó al 30 %. Y ya sabemos lo que ocurrió, miseria, hambre y frío que explica la victoria electoral de Hitler y la Segunda Guerra Mundial.
¿Y qué ocurrirá en Occidente? En las zonas más empobrecidas de los que ahora son los países más ricos y próspero del planeta, habrá hambre, frío, desigualdades extremas, disturbios y anarquía. Habrá zonas de las ciudades en las que tendrán la entrada prohibida a los pobres. Y muchas naciones desaparecerán, otras sufrirán cambios sociales que derivarán totalitarismos.
¿De verdad va a ocurrir? Es distópico, lo sé.
¿Y la solución? Control de la natalidad, y una renta universal, para ropa, comida, luz, agua y calefacción.
¿Esa es la solución? Sí, y significará que las estructuras sociales y económicas habrán colapsado.
¿No eres muy pesimista? Dentro de diez o quince años volveremos a hablar del mismo tema.
No sé qué decir… El temor que tengo, igual que lo tienen otros intelectuales e investigadores, es que se “construyan” o surjan sociedades muy empobrecidas, igual que se ven en películas distópicas: Gattaca, Blade Runner, 12 monos, In time, RoboCop, Los juegos del hambre, Divergente, Los hijos de los hombres.
¿Y qué tienen en común esas películas? Que todas reflejan sociedades con desigualdades extremas.
¿Igual que en la Edad Media? Exacto.
Y esa visión negativa del futuro, ¿no contradice el modelo capitalista actual? Ya no existirá.
Es cierto, lo acabas de comentar… Un segmento muy pequeño de la población estará en el último nivel, uno inalcanzable para el resto de los mortales, que estarán en la base de esa nueva estructura social.
¿Y no hay una solución? No la hay. Los burócratas y políticos podrán alargar el problema hasta el 2050 o hasta finales de este siglo, en el que ya viviremos en sociedades con una democracia totalitaria, pero al final las estructuras sociales que conocemos en la actualidad, desaparecerán.
¿Y qué sentido tiene que sigamos trabajando en la actualidad, si en el 2050 estaremos en la Edad Media? Quizá en el 2050 no, pero a finales de siglo ya te aseguro que sí.
¿Tanta certeza? Sí, porque el impacto que generará las aplicaciones de inteligencia artificial será un tsunami que arrasará todas las ciudades que conocemos. Y si sumamos que, en la actualidad, ya tenemos un problema en la población envejecida en los países occidentales, porque apenas nacen niños, el resultado final, no será agradable para nadie, y menos para las nuevas élites que sobrevivan.
Noly Salgado, editora.
Denia, 15 de febrero de 2024