La entrevista libro de Laura 06 es el segundo fragmento de la conversación que he mantenido con Rowland, el propósito es facilitar a quienes lean esta transcripción, una experiencia positiva y agradable, de la conversación que he mantenido con el autor de un libro triste y romántico.
Siempre he envidiado a los escritores y poetisas… No te creas que es un oficio muy glamuroso. Hay mucha soledad.
Aun así… Es verdad que el oficio de escritor tiene su atractivo. Pero el reverso, significa muchos años de lecturas, estudio y escritos fallidos, que no te garantizan vivir de tu literatura, ni el reconocimiento de quienes en teoría leerán lo que has escrito.
Da igual, seguiré sintiendo curiosidad y admiración por tu oficio. La capacidad de ordenar miles o decenas de miles de palabras y escribir un poemario, cuento infantil, relato o una novela, es supercomplicado… Nadie discute la complejidad que conlleva escribir textos literarios, que tengan una sintaxis cuidada y transmitan emociones cuando el autor nos narra una historia. Pero también es posible hacerlo con “cierta facilidad” si hay años de trabajo y estudio.
Para mí es uno de los trabajos creativos más complejos y bonitos que existen. Conseguir unir palabras para expresar belleza o transmitir que la vida es efímera y en ocasiones cruel, no es fácil… La verdad que no es nada fácil.
Son muchas piezas móviles, ¿no? Si te refieres a los personajes, la voz narrativa, los escenarios y decorados, el marco temporal, el todo y ritmo, cualquiera de los libros que he escrito tienen muchos fragmentos que hay que forjar en el fuego y ensamblarlos.
Un trabajo artesanal y de precisión… Sí, pero si es novela, también es un trabajo muy mecanizado, porque escribes durante horas sin atender a las erratas y fallos de sintaxis. De repente, estoy dentro de una esfera creativa de la que no puedo salir, porque estoy ensamblando los puntos de unión de la historia que estoy escribiendo, y en paralelo estoy con las descripciones, referencias culturales o planeando nuevas derivadas del desarrollo narrativo. Y eso requiere de técnica, más que de arte.
Lo sigo viendo muy complicado… No lo voy a negar. Porque la premisa de cualquiera de los libros que he escrito ha sido un breve estallido de creatividad y un puñado de hojas en blanco. Eso significa, que la consecuencia inmediata de esos inputs, que se traduce en una idea narrativa, está por tiempo limitado en mi CPU orgánica. Y, la consecuencia más inmediata, es que, si no escribo las primeras frases y párrafos, la información que retengo, desaparecerá para siempre.
¿Y de dónde vienen esos inputs? Del exterior.
¿Puedes ser más específico? De una película, entrevista o noticia, del último libro que estoy leyendo y de mi hijo.
¿Y tus lecturas, inquietudes y recuerdos? Es un material muy valioso que utilizo para aportar textura, colores y profundidad a los personajes y por extensión a la historia.
Dicen que el inicio es lo más complicado… En realidad, es el final.