Relojes Antiguos 05, es la quinta parte de la entrevista a Keith W. Rowland, en la que hablará de literatura, filosofía, la familia y del paso del tiempo con Antonio Fernández, uno de los editores de Relieve.
¿Hay más cartas en otros libros de Rowland? En Herida, y en una versión del El Ratoncito Pérez,que escribí hace unos años.
¿Puedes dar más detalles? El cuento es otro alegato a la reflexión y a la tristeza. En las primeras páginas hay una carta que ha escrito una madre al ratoncito de los dientes, porque está muy preocupada por su hijo, que sufre la pérdida de su padre. Es una historia muy trágica con grandes pinceladas de humor.
¿Y por qué te atreviste a narrar esa nueva adaptación de uno de los cuentos más populares de la cultura española? Por mi hijo, todos los cuentos los he escrito para él, y por extensión para todos los niños del planeta.
¿Cuántos manuscritos tienes guardado en cajones? Entre cuentos, relatos, poesía, novela y varios ensayos, más de cincuenta libros.
Explica por qué… Porque siempre he dudado de mis textos, hasta que conocí a las hechiceras de Relieve.
¿Podrías ampliar tu respuesta? Las editoriales no suelen tratar muy bien a los escritores y menos a quien nunca ha publicado. Tampoco suelen tratar muy bien las obras que publican. Y con Noly Salgado o María Isabel Vázquez, el trato desde sus inicios sería de admiración y sinceridad, transmitiéndome confianza, un valor escaso que hizo posible que ese vínculo que nos une sea irrompible.
Admito la desconfianza hacia las editoriales, pero no es normal que alguien con esas destrezas artísticas y sensibilidad guarde en cajones más de cincuenta manuscritos… Perder el control de los primeros libros cuando estás aprendido el oficio es aterrador, y a mí me ocurrió. Por ese motivo, el manuscrito de Tierras de Sombras, que al final serían cinco libros, están oculto en algún disco duro del que no he querido saber nada.
Y llega el día en el que aparecen las editoriales, y averiguas que pierdes de nuevo el control de tus obras, esta vez, es un requisito impuesto por hombres y mujeres que no son editores, sino comerciales de libros. Por esos dos factores, el miedo a publicar ha influido en esa desconfianza y dejadez que irían aumentando con los años, pero el factor decisivo ha sido mi actitud incontrolable por escribir nuevas historias. Aun así, gracias a esas explosiones de creatividad, tengo un extenso catálogo que se adentra en seis géneros literarios.
¿Y por qué te ocurre eso? Mi CPU funciona por inputs que descontrolan todo mi proceso creativo y entorno.
¿Inputs? Son indicaciones y una invitación a comenzar un nuevo proyecto literario.
¿Y el origen de esos inputs? De una noticia trágica, surgió Laura. De la lectura de El Principito, surgirían narraciones infantiles cuando mi hijo era pequeño. Del cuento de Pinocho, Los relatos de Asimov y de la serie de Star Trek, la nueva generación, surgiría El pequeño Data. ¿Te acuerdas de Alan Kurdi, el niño sirio que murió ahogado en una playa de Turquía el 2 septiembre de 2015? Escribí cinco pequeños libros de poemas.
¿Y cuándo escribiste esos libros de poemas? Hace muchos años.
¿Quieres decir que transcurridos unos meses de la muerte de Alan Kurdi ya estaban escritos? Sí
¿Y por qué no la enviaste a alguna editorial? Por respecto a la familia, y porque esos textos debían estar ocultos para futuras lecturas y correcciones.
De esas páginas habrá pasado unos ocho años, ¿no? Sí.
¿Hace mucho tiempo que no lees esos poemas? Unos cinco años.