RELOJES ANTIGUOS 09
Relojes Antiguos 09, es la parte nueve de la entrevista a Keith W. Rowland, en la que hablará de literatura, filosofía, la familia y del paso del tiempo con Antonio Fernández, uno de los editores de Relieve.
¿Te gustaría que hicieran una película de Relojes Antiguos? Sí, hay un buen guion y el equipo que va a dirigir la película es el adecuado, la respuesta es sí.
Es un tema que ya hemos comentado en la editorial, y pusiste una condición, y era la supervisión de toda la película, ¿cuál es el motivo? Para que fueran fiel a la historia del libro.
¿Bayona sería el elegido? Almodóvar seguro que no.
¿Y la banda sonora? También la supervisaría. Y no sé escribir música, pero me gustaría participar en el proceso creativo de la banda sonora. Y es evidente, que quien se hiciera cargo de las distintas composiciones musicales, ya sabrá por dónde ir cuando lea las cartas y hable con las editoras.
¿Y crees que Relojes Antiguos llamará la atención de alguna productora? De esos temas saben más las editoras, pero intuyo que, si hay cierta repercusión literaria y comercial, sí se pondrán en contacto con Relieve.
Para mí, es una de las historias más tristes que he leído nunca. Y más allá de que eres un atípico y una buena persona, nadie que te conozca o lea algunos de tus libros, negará mis afirmaciones. Quizás seas un pelín irascible por tu forma de analizar y expresar las ideas que tienes, pero alguien con esa entrega al trabajo y extrema sensibilidad que le aportas a una inusual capacidad creativa para escribir historias tan entrañables, y que no es muy normal en tu gremio, debería de tener mejor concepto de sí mismo, con lo que te hago la siguiente pregunta, ¿un escritor con tus características nace o es un “problema” de vivencias, cultura y aprendizaje? Es evidente que es un “problema” de vivencias, cultura y aprendizaje, pero también es cierto que hay una base genética que nos hace percibir el pack completo de la vida y de la muerte, desde una perspectiva que hace posible que nos asombren los detalles más pequeños y sencillos o la belleza a unos niveles inimaginables para el resto de los mortales. Y es lo que nos ayuda a seguir aquí, y soportar el vértigo que provoca nuestro final y todas las preguntas que nos hacemos y para las que no hay respuesta. En mi caso, a través de los textos literarios que he escrito, intento soportar mi sufrimiento e ignorancia y hacer más soportable mi existencia en la Tierra.
Lo que acabas de afirmar es muy deprimente y es una lección de vida… No lo sé, supongo que sí. Lo que sí te puedo afirmar, es que mi oficio es una solución aceptable a las dudas filosóficas que me atormentan.
Por otras conversaciones que hemos tenido, deduzco que es un oficio muy solitario… Bueno, no te creas, porque cuando estoy escribiendo estoy muy cerca de los personajes de mis libros, que están vivos, con lo que amplío el concepto biológico de la vida y de la muerte.
Un tema que dejaremos para otra entrevista… ¿Y Rowland de pequeño? Presentía que era distinto al resto de los niños de su colegio y del barrio.
¿Puedes ampliar esa respuesta? De pequeño, hasta cumplir los trece años, creía que existía los Reyes Magos, el Ratoncito Pérez o Santa Claus.
¿Algún dato más de tu infancia? Tenía la certeza que vivía en una ciudad sucia y ruidosa en la que me sentía incómodo. Yo quería vivir en el pueblo con mi abuelo, pero mis padres nunca me dejaron. Era feliz jugando en esas calles sacadas de un cuento de la posguerra. Sin tráfico ni semáforos, sin grandes avenidas. En ese pueblo podía beber agua de una fuente, oler la tierra húmeda en invierno cuando llovía y respirar ese aire que mi cara y mis manos nunca habían percibido, al igual que las horas transcurrían con una lentitud, que aún recuerdo.
Antonio Fernández, editor.
Granada, 12 de marzo de 2024