Keith W. Rowland deja constancia que Laura, junto a Relojes Antiguos y Los poemas de Aylan Kurdi, han sido las páginas más complejas que ha escrito nunca. Historias que, al narrarlas, ha negado y llorado con desolación, contemplando el transcurrir inevitable de las horas y la trágica naturaleza humana, que se estructura en un primitivo mosaico de emociones negativas, que por desgracia son parte de nuestra evolución y esencia. Vectores de comportamiento que la mayoría hemos sabido controlar, para construir civilizaciones cultas y avanzadas, y vivir en sociedades complejas. Para concluir, y con mi más profundo respeto, afirmo, que este libro es una advertencia y un tributo a las víctimas y sus familiares. A la vez, es una prueba de que merecemos vivir sin miedo.
Atentamente, el autor de Corazones de madera.
Zaragoza, 5 de noviembre de 2023