Keith W. Rowland ya ha manifestado que la novela Mantis Religiosa es una obra de teatro cuya única función es el entretenimiento. Pero también es una advertencia de la impunidad y corrupción política que hay en España. A partir de esa premisa, Sara Meyer, a través de sus diálogos con una Irene Montero de tinta y papel, realizará varios análisis para extraer conclusiones que harían dimitir a cualquier político de un país decente. Por lo tanto, la intención del autor nunca ha sido incitar al odio ni insinuar o inducir que terceras personas tengan una actitud hostil o despreciativa hacia un “humilde” politólogo que ya no vive en el barrio obrero de Vallecas. La verdadera naturaleza de Mantis Religiosa es la ironía, el asombro y la crítica social, política y económica hacia quienes son los administradores de los recursos de los que dispone una nación occidental.
Noly Salgado, editora.
Denia, 27 de abril de 2022