Soy una de las responsables de que Culpable llegue en las librerías; y aunque no lo fuera, recomendaría la lectura de una novela que trata muchos de los temas que han cimentado la literatura universal. Desde la vida y la muerte y las segundas oportunidades, la lealtad, hasta la familia, el amor, la juventud y la violencia. Pero el autor también escribe en sus páginas sobre las mentiras, la traición y la lealtad. Escribe sobre las ansias de poder, la corrupción política y el rencor o la fragilidad humana.
Con todas esas piezas bien encajadas, ha construido un mosaico liso y pulido, cuyos dos ejes principales son el presidente e Izan, de los que parte el enfoque de la novela; proyectando luces y sombras, para que la lectura sea amena y sorprenda con los cambios de escenarios y distintos acontecimientos. Un ejemplo de la maestría de Rowland es cuando describe los últimos y agónicos segundos del accidente en el avión presidencial o los fotogramas que visualiza al presidente cuando aparece en el cuerpo de ese joven programador de Google.
Por lo que afirmo, que cualquier expectativa que proyectemos desde Relieve o a través de comentarios de quienes se hayan leído Culpable, será cumplida. Porque desde su primera frase es una novela que engancha. Su sintaxis está cuidada hasta el más mínimo detalle. Los capítulos son cortos para aumentar la experiencia de quien esté entre esas páginas fascinantes. Y si no me crees, lee los primeros párrafos y capítulos de la PRUEBA DE LECTURA, y así decides si compras el libro o lo dejas en la estantería, perdiendo la oportunidad de estar muy cerca de Izan y de un presidente que nadie reconoce por la calle…
María Isabel Vázquez, editora
Cádiz, de 11 de enero de 2024