La primera vez que leí el borrador de Crows, me olvidé de las advertencias de Rowland. Eran párrafos con ese estilo descriptivo que le caracteriza, y me adentré en el relato y en sus escenarios, por la composición de fotogramas que facilita la lectura y visualización de las páginas. Una vez más, admití en silencio que sabía escribir; y que el enfoque y ritmo de la historia me había atrapado. El problema vendría a partir del secuestro del abogado. Un punto de inflexión en Crows, que cambiaría mi percepción de la literatura y del autor.
Y no en negativo, porque ya había leído Relojes Antiguos, Laura o El Ratoncito Pérez, sino por el contraste tan radical de la historia que narra; y que involucra cambio de género, registro, decorados y situaciones de extrema violencia (pero escrita con maestría y un lenguaje literario cuidado y pulcro en los que mezcla psicología, temas legales y religiosos) que te deja helada ante la sensación real que transmite el narrador y las ilustraciones. Por lo tanto, mi recomendación es que, antes de nada, sepan qué libro tienen entre sus manos, y lean sin prejuicios.
Noly Salgado, editora.
Denia, 3 de marzo de 2024