El libro de Laura es una de esas obras que cualquiera que trabaje en una editorial le gustaría publicar antes de jubilarse o morir. Rowland, a través de su pensamiento y de las palabras escritas e ilustraciones de Awen Nest, me ha ofrecido esa oportunidad, y desde aquí le doy las gracias. Estoy en deuda con él, y mi obligación es protegerlo y aconsejarle para que no se pierda.
Ese nómada ha sido valiente, tenaz, amable y un poquito gruñón; aun así, nos ha demostrado que tenía razón, que su proyecto, con sus acotaciones literarias, ha sido viable. Sin importar las miles de horas de trabajo, que ha supuesto ir desde unas páginas en blanco y los primeros borradores y correcciones, esquemas e índice, hasta los bocetos y dibujos finales. Lo que han logrado, es impagable. Tanta belleza y poesía, los debates y las conclusiones. Por esos motivos, y porque la familia Luelmo se merece una ofrenda que transciende la tinta y el papel, le doy las gracias.
María Isabel Carmona, editora
Cádiz, 11 de diciembre de 2023