Rowland había hablado de Relojes Antiguos, igual que del Pequeño Data o Corazones de Madera, y he de reconocer, aun con las advertencias de María Isabel Vázquez, que tenía mis dudas. No digo que nadie pueda escribir textos literarios que nos hagan llorar, pero que un escritor desconocido tuviera guardado en cajones: cuentos infantiles, cartas, poemarios, relatos, novelas y dos ensayos; no es muy común, y menos con esa variedad de géneros literarios, y la calidad narrativa y humanística que he podido comprar en los manuscritos de Rowland.
He de confesar, que la primera vez que Rowland me hizo llorar, sería con El ratoncito Pérez. Después ya tuvimos mucho trabajo con el diseño de la web, las lecturas de Mantis Religiosa y Culpable; y me “olvidé” de sus cuentos; con lo que no percibí lo letal que podía ser ese nómada. También me dije que otro libro del mismo autor no podría estremecerme hasta el extremo de lágrimas. Error, porque lloré con idéntica tristeza y melancolía. Al terminar la lectura del borrador, le maldije con cariño y sonreí. Aún tenía entre mis manos esas hojas con sus anotaciones y caligrafía. Y juré que siempre lo protegería y estaría a su lado. Por estos motivos, vamos a publicar sus libros.
Noly Salgado, editora.
Denia, 7 de febrero de 2024