Varias semanas más tarde de escribir mis reseñas de Culpable, me llegó un correo electrónico Noly Salgado, en plan formal, en el que me hablaba de Traidores y que Carles Puigdemont moría envenenado. Un libro que quieren publicar para finales de noviembre. Lo primero que pensé, me está vacilando. Le escribí un WhatsApp. La respuesta de Noly sería corta e indicativa: Te hemos enviado los primeros capítulos de Traidores, hasta la descripción del cuerpo sin vida de Carles Puigdemont. Por cierto, muere envenenado.
Era la primera vez, en muchos años, que mis pómulos enrojecían. ¡Qué vergüenza! En silencio caminé hacia mi zona de trabajo y encendí la pantalla. En apenas un minuto estaba leyendo los primeros párrafos de Traidores. Me quedé sin palabras, no sabía que correo debía escribirle. Pero después de estar frente a la pantalla con los ojos cerrados y mirar a mi alrededor entre la ironía y la abnegación, escribí a Noly.
Tengo que reconocer que el estilo de Rowland es muy provocativo y visual, pero a la vez, cuando se lo propone, su narrativa es muy sencilla y entendible. Con Traidores ha construido personajes tridimensionales de tinta y papel y un guion que no tiene desperdicio, y que llamará la atención del propio fallecido. Lo que acabo de escribir es una certeza absoluta, por lo que certifico que ha sido suficiente con leer las primeras páginas para admitir que la novela de Rowland te atrapará, y no podrás dejar de leer.
Alicia Bosch, fotógrafa y analista.
Cantabria, 11 de febrero de 2024