Antes de escribir esta reseña, confieso que soy una anciana, que ve con preocupación que varias generaciones de chicas accedan a ser manipuladas por las mujeres más frívolas y mezquinas que hay en España, y que tienen una cuota de poder impropia de una sociedad moderna, culta y avanzada. Esa renuncia, en las que incluyo a chicos débiles y desorientados, no sabrían definir el concepto de libertad. Ciudadanos anónimos que han caído en las zonas más alejadas de laberinto de las emociones humanas y de las redes sociales.
Aun así, con la novela que va a escribir Rowland, nos da más flechas para luchar contra la tiranía, el pensamiento único y el fanatismo ideológico. Fechas cuyas puntas son de ironía, reflexión y sarcasmo; conceptos con los que construirá una historia entretenida y otra crítica social desde la mirada de una de las jugadoras de la selección de futbol femenino. Por esos motivos, le doy las gracias a un autor que no tiene miedo a ser señalado ni a que le etiqueten con adjetivos que no le definen.
María Isabel Vázquez, editora
Cádiz,11 de febrero de 2024