El concepto literario que tiene Rowland de su oficio y de la vida, no deja de sorprenderme. Hace varios días, me llegó un mensaje de que tenía que diseñar la portada completa de una novela que aún no había escrito una sola frase. Pensé que me estaba vacilando, hasta que recibí un correo de una de las editoras. Era un texto breve, aunque muy explicativo, en el que me indicaba el título, el fondo debía de ser negro mate y puro, y que la imagen, sí o sí, sería el de una chica entre veinte y treinta años, y poco más. Pero lo que más me llamó la atención, es que esas explicaciones tuvieran su contexto, que no era otro que el argumento de la novela, que se basa el piquito más famoso de las últimas décadas.
Lo primero que pensé es que Rowland había subido a un nivel superior. De asesino frío y despiadado, ha pasado a ser un torturador literario. Y ya que, al conocerlo, sabía y sé, que el estilo con el que escriba su siguiente novela, será entre la ironía y el sarcasmo. También sé, que antes de que transcurran varios meses, y tenga acceso al primer borrador, empatizaremos con la protagonista, que es la narradora de la historia. Una chica sevillana que nos hará reír, y pasar horas muy entretenidas.
Matthew Evans, diseñador gráfico.
Sevilla, 11 de febrero de 2024
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